Estimado y admirado Ignacio, espero que me recuerde.
Soy Alberto Cerezuela, de Almería. Le escribí hace unos meses
preguntándole sobre casuística ovni en Almería ya que estoy
escribiendo un libro y quiero, en un capítulo, hacer un recorrido
por la historia de avistamientos ovni en Almería. No será un
capítulo extenso, más que nada quiero dejar constancia de que en
Almería también existieron este tipo de fenómenos. Le escrito porque
quiero escribir algo sobre el caso del Grumman-Albatros y las
circunstancias que lo rodearon. Tengo entendido que usted es uno de
los mayores expertos en el tema y me gustaría, si fuera posible, que
me contase algo al respecto, algún detalle o alguna aclaración. Por
supuesto lo pondré como referencia destacada en mi libro si
finalmente se publica. Quizá usted haya escrito algo al respecto, ni
idea. Básicamente voy a poner algo así:
El
dos de julio desaparecía en el Mar de Alborán otro avión Grumman, en
concreto el antisubmarino "An-17". Las autoridades pertinentes
hicieron un auténtico despliegue de medios para intentar rescatar a
los tripulantes. Antonio Ribera, pionero en la divulgación del
fenómeno ovni en España y autor de más de cincuenta libros
relacionados con la temática, revelaba una serie de detalles
bastante significativos sobre este hecho entre los que destaco el
inusual interés que los militares le dieron al accidente
("seguramente ya sabían que algo extraño ocurría en la zona")
y que el capitán del avión, Antonio González de Boado, era uno de
los primeros investigadores españoles del fenómeno ovni. Incluso
solía dar charlas sobre Ufología a compañeros de profesión. No me
negarán que cuanto menos es sorprendente. Pero hay un dato más
curioso aún, y es que el mismo González de Boado también era el
encargado de pilotar el avión Grumman-Albatros que se estrelló en
Cabo de Gata en mayo, pero a última hora fue sustituido.
No
crean que el misterio acaba ahí. A pesar de que era verano, de que
el accidente ocurrió a pocos kilómetros de la cosa y a un ahora
ideal para tomar un baño en la playa, no hubo ningún testigo del
accidente. Además, durante las tareas de rescate sólo se pudieron
encontrar dos asientos del avión. Antonio Ribera hacía la siguiente
reflexión al respecto, "¿El simple choque con el agua puede
destrozar hasta ese punto a un aeroplano? ¿no se habrá desintegrado
antes de chocar con el agua? ¿qué ha podido motivar esta explosión
aérea?"
Días después se filtraría a la prensa el último mensaje recibido
por radio del avión perdido: "¡Vamos hacia un gran sol!". El cuerpo
del González de Boado jamás fue encontrado.
Sin más, espero su amable colaboración al respecto.
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